27 de outubro de 2012

Los estibadores nunca se rinden

Son las 08.30 de la mañana del 25 de septiembre de 2012 en Barcelona, en las no muy frías aguas del Mediterráneo catalán. Las grúas del puerto están quietas, inmóviles. No se mueve una sola máquina en toda la terminal. Los trabajadores están reunidos en asamblea. En el mismo instante, esta situación se reproduce con exactitud en la práctica totalidad de los puertos de Europa, desde España hasta Suecia. ¿El motivo? La solidaridad con los estibadores portugueses, que llevan meses enfrentados a su gobierno y a las medidas draconianas que la Unión Europea trata de imponer a la población. Portugal se ha convertido en un banco de pruebas de lo que bien podría ocurrir en otros países europeos en práctica situación de “rescate”: despidos masivos de aquellos trabajadores que aún conservan un mínimo estatus laboral y su sustitución efectiva por empleados precarios.
De ahí que miles de estibadores de toda Europa mantuvieran el 25 de septiembre pasado un paro de una hora para reunirse y hablar, para analizar de qué manera podemos responder a este nuevo ataque a una de las escasas profesiones que ha logrado organizarse sindicalmente más allá de las fronteras estatales. Ya en los años 2003 y 2006, los estibadores tuvimos que echarnos a las calles para proclamar que nadie iba a decidir nuestro futuro sin contar con nosotros, que no éramos piezas usadas de ningún viejo rompecabezas. El futuro –y en la estiba el futuro es la automatización de las terminales- se va a escribir, de acuerdo, pero se hará respetando a los trabajadores y a sus familias, protegiendo los derechos adquiridos tras años de luchas durísimas, invirtiendo en seguridad y prevención, creando puestos de trabajo estables y fomentando la formación continua de los trabajadores. Y eso también ocurrirá en Portugal.

En el año 2000, tras varios intentos fallidos, los estibadores creamos el IDC, el sindicato internacional que aglutina a las organizaciones estibadoras de buena parte del mundo. Entre los sindicatos fundadores, destacaron con especial entusiasmo nuestros hermanos portugueses, quienes desde el primer momento dieron muestras sobradas de ser conscientes de que sólo desde la solidaridad internacional podremos derrotar los constantes ataques –locales o globales- que sufrimos los trabajadores. Nuestra lógica es clara y se resume en una frase que se ha convertido en nuestro lema: “Nunca más caminaremos solos”.

Desde el IDC hemos seguido con especial atención la lucha de nuestros compañeros portugueses por proteger sus puestos de trabajo y evitar una reforma de la Ley de Puertos que les arrojaría a la precariedad. Ya en agosto lograron articular duras acciones  en todos los puertos lusos, no sólo con la participación de los estibadores, sino de todos los agentes implicados en este sector, algo que no siempre es fácil en un contexto de crisis y de miedo a posibles represalias. Sin embargo, el Frente de Sindicatos erigido por los trabajadores no ha obtenido más que vagas promesas del Gobierno, pese a las múltiples peticiones de diálogo formuladas.

A esta complicada situación en Portugal, donde la conflictividad sigue latente, hay que sumar el Dictamen que la Unión Europea ha emitido recientemente sobre la estiba española y que cuestiona un modelo de plantillas de rotación que durante décadas ha funcionado con más que notable éxito. El sindicato Coordinadora, que representa a más del 85% de los estibadores españoles y es una de los ejes sobre los que gira el IDC, ya se ha aprestado a la defensa de sus pilares básicos: unidad, rotación y profesionalidad. Por el momento, se apuesta por el diálogo con empresas y Gobierno para tratar de defender el modelo conjuntamente, pero si esta voluntad de diálogo fracasa, los estibadores no dudaremos ni un solo instante en movilizarnos hasta las últimas consecuencias. Y sabemos que, en esta lucha, contaremos con el apoyo de todos nuestros compañeros europeos, como se puso de manifiesto en la última reunión del IDC europeo, celebrada en París el pasado 23 de octubre.

Nunca dejaremos que el futuro de nuestra profesión dependa de los lobbys de poder que se mueven como pez en el agua por las instituciones europeas. Nosotros somos trabajadores. No especuladores. Y por eso defenderemos la economía real junto a aquellos empresarios y políticos que así lo entiendan. A fin de cuentas, sólo desde esta apuesta por la economía real lograremos sentar las bases para que Europa supere una crisis que se originó en el excesivo poder de unas elites financieras carentes de escrúpulos. Los estibadores nunca nos rendiremos. Ni en España, ni en Portugal, ni en ningún sitio.


Jordi Aragunde
Responsable de la Zona Catalano-Balear
Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar
coordinadora 

OBRIGADO COMPANHEIROS

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